Muchos me preguntan:

“¿Por qué el tarot me acertó en lo que estaba viviendo, pero no en lo que iba a pasar?”

Y la respuesta es más simple de lo que parece…

👉 El tarot no adivina. El tarot revela.

Nos muestra la energía en la que estás, en la que te mueves, la que atraes y la que te rodea.

Es como un espejo del alma.

No viene a imponer un destino, sino a ayudarte a entender tu presente para construir un futuro diferente.

Porque no, la vida no es lineal…

La vida es cíclica.

No avanza en línea recta: se parece más a un círculo.

¿Por qué?

Porque todos actuamos desde patrones repetidos:

– Celos

– Miedos

– Inseguridades

– Falta de responsabilidad

– Autoengaño

Y así, sin darnos cuenta, volvemos a atraer lo mismo una y otra vez.

Como dice mi profesora:

"Una vez consciente… no se puede ser indiferente."

El tarot te muestra ese patrón.

Te dice:

👉 Este es el camino que más vibra contigo.

👉 Pero aquí está lo que necesitas trabajar.

Y ahí es donde entra la responsabilidad personal:

Reconocer en qué estás fallando, qué estás repitiendo, qué debes soltar.

Porque sí, TODOS nos equivocamos.

Esto es una escuela llamada vida,

y el tarot no es un castigo ni una sentencia:

es una herramienta de autoconocimiento.

Entonces…

¿El tarot se equivoca?

No. El tarot es claro, directo, profundo.

Lo que puede variar es cómo lo interpreta quien lo lee.

Porque cada persona es un universo,

y el mensaje debe ser entregado con respeto, con compasión y con verdad.

Por eso siempre me guío por una frase:

“No hagas lo que no te gustaría que te hagan.”

El tarot no es magia… es energía.

Y cuando se lee con el corazón,

puede ayudarte a ver lo que antes no veías…

y sobre todo, a cambiar lo que antes repetías.

Hasta la próxima!