
Este tema es precioso porque conecta con algo que a todos nos toca: los talentos son semillas internas que, si no se riegan, se quedan dormidas
¿Qué es un talento?
Un talento es un regalo divino, una chispa única que todos traemos al nacer. No es solo una habilidad práctica o un don visible, también puede ser una sensibilidad especial, una intuición, una capacidad de escuchar, acompañar o crear. Los talentos son esas semillas interiores que esperan ser descubiertas, nutridas y cultivadas para florecer en nuestra vida.
Muchas veces creemos que no tenemos talentos porque los comparamos con lo que otros muestran, pero la verdad es que todos los tenemos. Lo importante es aprender a reconocerlos. Pregúntate:
- ¿Qué disfruto hacer sin esfuerzo?
- ¿Qué me da alegría y me conecta con mi esencia?
- ¿Qué es lo que otros valoran de mí y quizás yo paso por alto?
El talento no se trata solo de ser bueno en algo, sino de que esa capacidad te acerque al bienestar, al crecimiento y a tu propósito. Nutrirlo significa dedicarle tiempo, cultivarlo con amor y permitir que evolucione contigo.
Recordemos que el talento no es un fin en sí mismo, sino un camino: al desarrollarlo, sanamos, crecemos y aportamos al mundo una parte de nuestra luz. Cuando lo ocultamos, sentimos vacío; cuando lo usamos, sentimos plenitud.
“Nutrir tus talentos es honrar el plan que el alma eligió para ti.”
Hasta la próxima!
