
Hoy alguien me preguntó:
¿Por qué todo cambia tanto en la vida?
Y la respuesta no es sencilla…
pero tampoco es tan compleja si dejamos de pensar que la vida es una línea recta.
Porque la vida no es lógica, es simbólica.
No se trata de “lo que debería ser”,
sino de lo que viene a enseñarte.
La vida se mueve como una rueda, como el arcano del tarot:
La Rueda de la Fortuna.
Sube, baja, gira, cambia.
Y así como el día se convierte en noche…
lo que hoy está arriba, mañana puede estar abajo…
y todo lo que termina, está abriendo paso a algo nuevo.
Miguel de Cervantes lo dijo con sabiduría:
“La fortuna gira como una rueda de molino, y el que ayer estaba en lo alto, yace hoy en el fondo.”
¿Qué nos está diciendo esto?
Que nada permanece fijo, que la única certeza es el cambio.
Y que cerrar un ciclo no es perder… es crecer.
Es tener el valor de soltar lo que ya no vibra contigo,
para abrir espacio a lo que sí.
Sí, cuesta.
Cerrar duele.
Despedirse confunde.
Pero cada final guarda la semilla de un nuevo comienzo.
Y cuando lo entiendes, ya no temes el cambio…
lo honras.
Así que si estás viviendo un cierre,
si algo se está derrumbando en tu vida,
si ya no sabes qué sigue…
respira.
Tal vez no estás cayendo. Tal vez estás girando.
Y justo ahí… en ese giro, empieza tu nueva historia.
Hasta la próxima!
